Entre los adolescentes se les plantea el consumo de porros como si la marihuana fuera solo diversión, y no fuera una droga peligrosa, con alto riesgo a la adicción y con secuelas muy graves en su reiterado consumo.
A continuación, des de Madicct, queremos plantear todas las peligrosas consecuencias físicas y mentales que pueden sufrir todos aquellos adolescentes y adultos que consumen porros de manera espontánea o habitual:
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Complicaciones físicas
A nivel pulmonar, el consumo reiterado de porros puede provocar dificultades respiratorias debido a la irritación del pulmón y/o bronquial. Además, también hay la posibilidad de padecer tos crónica, junto con una reducción considerable de la capacidad pulmonar.
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Afecta a embarazadas y a la calidad del esperma
Fumar porros, en los hombres les causa una reducción en la cantidad y en la calidad de su esperma, lo que dificulta la posibilidad de inseminar el ovulo para conseguir el embarazo de la futura gestante. A las mujeres el consumo de marihuana también tiene consecuencias, ya que puede provocar problemas de peso y formación en el embrión.
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Esquizofrenia
En los jóvenes fumadores de porros puede facilitar el comienzo adelantado de esquizofrenia comportando una grave pérdida del contacto con el mundo real.
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Psicosis
Consumir porros de manera reiterada puede llevar al adolescente al punto más peligroso de la psicosis en un estado de pánico, perdida de la percepción del tiempo y del espacio, depresión y paranoia, conllevando el padecimiento de ansiedad, paranoias, delirios, ideas e intentos de suicidio.
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Adicción
La adicción es considerada una enfermedad, y fumar porros a edades tempranas multiplica las posibilidades de acabar cayendo en graves problemas de adicción que dificulta mucho más el dejar de consumir y facilita el acabar padeciendo sus consecuencias.
- •Cambios de carácter
Los síntomas, y también consecuencias, más rápidas que padece un joven consumidor de porros son los constantes cambios en el estado de ánimo, afectando así negativamente la convivencia con la familia y amigos. Vemos cómo el adolescente que ha fumado marihuana pasa a menudo por estados de irritabilidad, agresividad, ansia… de manera inconsciente.
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Mayor riesgo al volante
Aún que parezca muy obvio, los efectos de los porros perjudican gravemente en la percepción y concentración durante la conducción, y esto lleva a un aumento de las posibilidades de accidente de tráfico, poniendo en riesgo su vida y las de su entorno.
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Síndrome amotivacional
En esta edad tan complicada, donde ya son reacios a la motivación característica de los niños, si además sumamos el consumo de porros, provoca en el adolescente todavía más el desinterés, la apatía y la falta de ganas en motivarse por los mismos intereses que sus amigos y familiares.
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Trastorno en el conocimiento
El consumo de porros afecta inmediatamente a la atención, la memoria y el rendimiento ya sea escolar como extra escolar de manera negativa, esto es así porque fumar marihuana comporta un deterioro cerebral ligado también a una disminución del coeficiente intelectual.